Opinión

Érase un hombre lúcido a un cigarrillo pegado

Nunca ha existido “un” Carrillo. Han existido tantos como personas se le cruzaron en cada uno de los momentos en los que estuvo presente. Cada cual va a su encuentro caminando por el ángulo que le resulta más cómodo (...)

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Comentarios
  1. Carrillo fue, básicamente, un traidor a la izquierda. Sus muchísimos años de vida y de actividad política se resumen en su esfuerzo vital por ser el jefazo, por tener poder y la buena vida que de esto se deriva. Traicionó al maquis al que dejó abandonado a su suerte, lo dice un guerrillero en un documental sobre nuestra memoria histórica. Traicionó a la base social del PCE en los primeros años de la transición al imponer la monarquía y obligar a renunciar a la República, lo hizo con sus argucias, fue un buen manipulador, decía en 1977-1981 que había un peligro de golpe de Estado de los militares y con este argumento mandaba callar a todos los que sacaban reivindicaciones sobre exigencia de una verdadera democracia y exigencia de responsabilidades a los franquistas. El 23-2-1981 se produjo el golpe y los golpistas se hundieron al ser abandonados por sus compañeros de armas en casi toda España, salvo algunas unidades de Madrid y Valencia. Carrillo fue expulsado de su partido por su política desastrosa y su actitud dictatorial, vaya demócrata, y se vengó haciendo todo el daño que pudo con un partido que le robó al PCE unos miles de votos durante unos años. Al final, los políticos del sistema le acogieron como mascota ilustre dándole eco a sus tan innecesarios como discursivos análisis. Carrillo fue una de las figurillas de la Transición, el que contribuyó a la crisis del PCE y a la paralización de las luchas en favor de la justicia y la democracia. Un personaje que no estuvo nunca en la izquierda.

  2. Vaya, señor Monedero. Ha derramado tanto almíbar sobre la lápida de Carrillo como hiel derramó sobre la de Fraga. ¿Cuál de los dos tenía más sangre en las manos? Creo que se ha retratado usted maravillosamente.

  3. Un TRAIDOR a los suyos y a su propia ideología.
    Estoy aquí por si alguien quiere rebartirlo.
    Ah, y como no lo podréis rebatir, ya me estoy partiendo la caja de pensar que seguiréis teniéndole estima e incluso admiración aún tratándose del «comunista» que iba en descapotable propio en el exilio mientras los «suyos» padecían aquí.
    Eso entre muchas otras cosas, claro.
    Censúralo, moderador, pocas ocasiones tendrás de censurarme. No siendo bien recibido por decir la verdad, como es arquetípico de los «demócratas» de izquierda, no os veréis beneficiados ni por pinchazos míos ni por mis estancias.
    Entiendo quen iréis sobrados con las donaciones de los izquierdistas de este país, esos que todo lo «reparten» y que crearon el mayor éxito jamás visto cuando se volcaron con sus donaciones, esas que pregonaban que como buenos socialistas harían para salvaros y que se tradujeron en 0 patatero.
    Como el 0 patatero al comunista de garrafón -como todos- de Roures que os dejó caer siendo que os salvaba simplemente vendiendo un cuadro.
    Ya sabéis, ese que paga para que sus medios pregonen que el empresario ha de endeudarse o hacer cualquier cosa antes de despedir.

  4. Carrillo y Saramago, las arrugas de un comunismo que según las juventudes, es traidor. Carrillo el buen comunista, el que también llevaba en el corazón la hoz y el martillo como esas juventudes que intentamos tener coherencia histórica para nuestros amores ideológicos, y criticamos que la pagina del Partido Comunista de España, le dedique 7 miseras lineas a un dirigente histórico. Vergüenza y sentimentalidad es lo que nos diferencia de los cerdos, por eso el yayo Santiago, siempre será de los míos, porque la mayor cerdada es que un comunista, sobre la muerte de Carrillo, tenga opiniones similares, por ejemplo, a Intereconomia. Todos juntos coño, es el grito de mi condolencia.

    Cosen mi corazón de rojo treinteañero, cada uno de los pelos que le quedaban a Carrillo, bien trenzados, junto a las bonitas sedas del bigote del camarada Arenas.

    Por eso repito, que el activista, el teórico, el revolucionario, el rojo por circunstancias históricas. Haro Tecglen, Jose Diaz, la Lola Ibarruri, Lopez Barceló, Camila Vallejo, todos estos y cientos de nombres mas con sus caras, dan forma al símbolo que tengo tatuado en el pecho. Todos, repito, todos sin excepción.

  5. Poco que añadir a tan extenso y a la vez sintético ensayo. Pero el tema da para mas de un libro. Que lástima que no te contestara a la propuesta que le hiciste en el almuerzo de la facultad. ¿Quienes golpeaban con sus tenedores los platos?
    Yo si que tengo alguna respuesta. (En unas «memorias» del Secretario de organización de PCE en el País Valencià, en el año 1975, este describe que Simón Sánchez Montero, les confesó en una reunión que llegar a conseguir el 15%, que había conseguido el PC portugues, sería un resultado que lo firmaban inmediatamente. O sea Carrillo aceptó un sistema electoral aprobado por un Decreto de marzo de 1977, y sabia que desde la legalización en abril, a las EEGG en junio, era imposible, sacar mas de 25 diputados, con lo cual Carrillo era plenamente consciente en aquel momento que con las «cartas marcadas» estaba entregando el Partido y su hisotoria, por un plato de lentejas.

    • Carrillo no calló. Yo estaba en esa comida. Dijo exactamente que hicieron lo que creyeron mejor con los mimbres que tenían. Fue un almuerzo después de celebrar el animversario de la muerte de Dolores Ibarruri

  6. Ya quisieran algunos, entre los que me incluyo, llegar a cumplir esa edad con esa lucidez. Daba gusto oirle en la radio

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